miércoles, 7 de diciembre de 2016

No confundir opinión pública con “opinión publicada”

Publicado en: Opinabilia 08 de Noviembre de 2012    DIPLOMADO PFA. MIRIAM L

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La cosa es así de sencilla: se cree que por el hecho de que algo esté publicado ya se convierte en opinión pública, y queda consagrado como tal. Como si los medios fabricaran esa opinión, actuando como jueces de lo que pasa en la sociedad al pronunciarse sobre algo, bien sea la simple opinión del periodista, lo que dicen los actores públicos, o las distorsiones o prejuicios que se generan en torno a los hechos y opiniones. No todo lo que se divulga por los medios pasa a ser opinión pública. Tampoco debe confundirse con la opinión mayoritaria determinada por encuestas o sondeos de opinión. Una cosa, pues, es la opinión publicada y otra muy distinta la opinión pública.
La opinión pública no es un conjunto amorfo de materiales informativos (noticias, comentarios, encuestas, etc.). Hay en la gente una confusión en cuanto a lo que verdaderamente es la opinión pública, porque se trata de un fenómeno complejo que no se reduce a las exposiciones de los medios, al escenario político, ni al debate público, ni a la suma de las opiniones y controversias que se plantean en ellos o en otros ámbitos (política, educación, gobierno etc.). La opinión pública se forma en muy diferentes escenarios: en el estado, en la vida social, a través de las manifestaciones culturales, etc. Y no de un día para otro sino con el paso del tiempo, con la consolidación de unos determinados fenómenos.
Lo que publican los medios puede ser un simple bulo, algo falso o que realmente no lo dijo la persona a quien se atribuye, o que realmente no sucedió en la forma sesgada como se presenta, aunque los medios lo den por cierto. No es verdad porque lo digan los medios, sino que algo es verdad con independencia de que los medios se ocupen de ello. Hay montones de cosas ciertas que a ellos no les interesa divulgar porque consideran que no son noticia. Y si lo que publica un medio lo repiten otros, entonces la “opinión publicada” adquiere mayor fuerza, y trata de presentarse como opinión pública simplemente por las múltiples voces que repiten lo mismo. Como si la verdad de algo resultara de lo dijeran muchos al tiempo. Recordemos el refrán: “¡Cien mentiras juntas nunca hacen una verdad!
Muchas  de las cosas que se publican responden a un “parece que”, “dicen que”, “se supone que”…, en el fondo, unas muletas para apoyar afirmaciones sin fundamento, sobre las cuales se necesitaría plena confirmación de las fuentes para convertirse en hecho noticioso, que quizás más tarde se consolide como opinión pública, lo cual no depende estrictamente de una persona o de un medio, sino de varios factores: impacto en la opinión, interés que despierta, consecuencias, público que interviene, participación que logra, etc.
Quienquiera que sea quien intenta formar opinión pública, tiene que ser muy consciente de que lo se expone o divulga por diferentes medios, o lo que se dice en otros ámbitos públicos o privados, no es una concesión gratuita a la gente. Es un compromiso de hacerlo en forma seria, con sentido ético y con responsabilidad. Sin querer, se puede producir confusión o llevar a conclusiones erróneas, lo cual es malo para todos: para quien produce el hecho de opinión, para el receptor y, en último término, para la comunidad, a la que asiste el derecho de ser bien informada o bien ilustrada, que es la contrabalanza de la libertad de expresión de los medios. Si no, la opinión pública se reduce a una simple opinión publicada y nada más. 
opinión publica muy diferente a la opinión publicada en los medios amermelados quienes manipulan la informaciòn a su acomodo con titulares tergevizados donde el contenido dice algo totalmente...
PERFIL
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jorgeyarce Opinabilia
Soy filósofo de formación, fui profesor universitario y me dediqué al periodismo una larga época, primero en proyectos de educación, y luego en medios, sobre todo en prensa: fundé y dirigí una agencia de noticias, dirigí una revista cultural y fui productor y director de programas de televisión. Ahora dirijo una empresa de consultoría en liderazgo y me dedicó a escribir libros y a dar conferencias sobre los temas en los que he trabajado.
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24 de febrero de 2008

Cultura mediática y poder mundial de Denis Moraes http://tiempoperiodismo.blogspot.com/2008/02/cultura-meditica-y-poder-mundial-de.html

LO DE HOY… HOLDING


En la actualidad la información y mercancía de cualquier tipo (artículos, conocimiento, entretenimiento y demás) corre a velocidades impresionantes. Para ello se ha entrado a una nueva etapa de crecimiento para las empresas, quienes buscan abarcar cada vez más (en lo que a venta se refiere) y tener mayores ganancias.
Tenemos ante nuestros ojos lo que MacLuhan llama la aldea global y lo que Armand Mattelart define como sociedad de la información, pero a mi parecer con una conceptualización más amplia, abarcando no sólo el intercambio de información y acontecimientos, sino también la cultura de los pueblos, y con ello los productos culturales (música, literatura, cine, moda, etc.)
Entramos a la era de la cultura globalizada, donde impera aquella de mayor posicionamiento y poder económico; contrario a lo que Eric Hobsawn define como sincretismo cultural “al argumentar que hay una integración de variantes locales de la cultura global, y no un conflicto entre ellas”
[1].
Ya no es importante la proximidad entre la producción y el consumo, la globalización permite que todo llegue a todos. Entonces, resulta importante para las empresas tener variación en sus productos y centralización o liderazgo en las ventas (nula o poca competencia).
De ahí la idea de crear Holding donde las corporaciones más importantes se unen para controlar y repartirse el mercado, agrupándose “intereses de los más diferentes sectores de la economía… y establecer prioridades, directrices, planes de innovación y parámetros de rentabilidad para las subsidiarias y filiales” tal y como afirma Dénis Moraes en su libro Cultura Mediática y poder mundial.
Lo que se hace entonces es crear productos atractivos al público consumidor, que llenen sus expectativas siendo de tipo local (regionalismo), sin olvidar la producción y consumismo masivos (gusto por lo ajeno, internacionalización). “La holding valora una red corporativa formada por elementos complementarios, pero mantiene una ascendencia sobre el todo…”, en palabras de Moraes.
Vivimos en un mundo donde las riquezas, el poder y el control se centran en unos cuantos. Sólo una decena de empresas manejan a su antojo el mercado, se reparten a los consumidores y ponen precios topes para que a todos les convenga, así eliminan a la competencia, absorbiéndola o exterminándola. Pues ya lo menciona la autora “la formación de bloques inter-empresariales se consolida como recurso para competir en posición de fuerza… se trata de una reconcentración de capital en inversiones industriales de largo alcance geográfico”.
Las empresas grandes absorben a las pequeñas y únicamente competirán contra otras de gran tamaño, o en su defecto, negociarán para repartirse a la clientela. “Ellas procuran alcanzar una magnitud y cualidad de los recursos (humanos, materiales y de infraestructura social) necesarios a la investigación y para asegurar condiciones de producción… razones suficientes para establecer alianzas que tienen como objetivo reducir, compartir y distribuir costos y pérdidas (minimizar riesgos) en la investigación científica y en su traducción tecnológica, en el diseño de proyecto, en el desarrollo de nuevos productos y en la producción”
[2]
Pero hay varios inconvenientes con el holding. Además de las nulas oportunidades de competitividad sana, se da el conjunto de despidos. Con la unión de empresas se necesita menos personal y, con la intención de ganar más y hacer más ricos a los de por sí ricos dueños, se prescinde del trabajo de muchas personas, como especifica la autora “se ignora cualquier preocupación sobre los costos sociales”.
Refiriéndome al campo que más nos interesa por razones del curso, “el ramo editorial es controlado por diez mega firmas que son: Berrelsmann, Time Warner, Viacom, News, Pearson, Hacherre, McGraw-Hill, Reed Elsevier, Wolters Kluver, Thompson y Rizzoli-Corriere Della Sera”
[3].
Finalmente puedo decir que gracias a la globalización, la cultura se ha vuelto mercado. Sólo importa el negocio que se hace de ella, las ganancias que genere, pero no el impacto social ni la identidad que procura, se vuelve en mercancía capaz de venderse al mejor postor.

[1] HOBSBAWN Eric citado en Cultura mediática y poder mundial de Dénis Moraes. P. 65.
[2] MORAES Dénis, Cultura mediática y poder mundial, p. 69 y 70.
[3] IBID., p. 73.
FUENTE:
MORAES Denis de, Cultura mediática y poder mundial, México, Grupo Editorial Norma, 2005, p. 59-74.

Tipos de Comunicación

Miércoles, 16 de noviembre de 2011

Contenido educativo y Método de enseñanza son dos aspectos de un proceso unitario que se puede escindir sólo para estudiar sus leyes específicas. En la práctica siempre que el maestro enseñe, moviliza simultáneamente un contenido y una forma de organización de la situación educativa. El método supone la confluencia de una determinada estructuración del contenido en función de su aprendizaje por parte de los estudiantes, y de pautas para estimular y controlar dicho aprendizaje. El tipo de contenido determina básicamente el camino del método.
La metodología es la organización de los elementos y actividades del proceso de
E-A.
Es decir, son los fundamentos teóricos y procedimientos que permiten organizar y orientar el trabajo del profesor, para promover el aprendizaje, por parte de los estudiantes de un contenido curricular determinado.



* Comunicación Directa: Se refiere a todas las situaciones comunicativas que ponen en contacto, en un mismo espacio físico, a dos o más individuos presentes.


* Comunicación Mediatizada: Alude a todas las formas de comunicación que se apoyan en un soporte técnico para acceder a un destinatario individual (carta, teléfono, etc.) o colectivo (el anuncio, publicitario, el folleto, etc.).


* La comunicación Mediática: que se refiere a los grandes medios masivos tradicionales y generalistas (la prensa escrita, la radio y la televisión, constituye un componente esencial (pero no único) de la comunicación mediatizada.


La actividad mediática aparece en nuestra historia, precedida por periódicos ocasionales (prensa amarilla, líbelos, murales) la primera publicación que aparece en forma regular se registra en Holanda en el siglo XVII (Niiwwe Tydinghen, Noticias Recientes, 1605) y luego en los principales países europeos. El primer diario salió en Inglaterra (Daily Current, 1702).


El Siglo de las Luces constituye el marco de un difícil combate para lograr el reconocimiento de la libertad de prensa.


La libertad de prensa avanza en Gran Bretaña (derogación de la autorización previa, Licensing Act en 1792).
En Francia fue objeto de debate durante todo el siglo XIX, sometida a un régimen de censura y luego de apercibimiento. Sólo a fines del siglo XIX quedará definitivamente consagrada, con la sanción de la ley del 29 de julio de 1881.


Al imponerse con dificultades frente a poderes que intentan prohibirla, controlarla o corromperla. La comunicación mediática es fruto y manifestación de una libertad fundamental: la de pensar y expresarse libremente.


Desde el siglo XVIII el papel que cumplen los medios es objeto de un conjunto de discursos, profundamente “optimistas”, que exaltan los beneficios que estos proporcionan. La prensa escrita sigue siendo considerada (por algunos) como un instrumento esencial para exponer las ideas y discutirlas libremente.


Cuando llegan a su máxima expansión durante el siglo XX, la radio (1920) y luego la televisión (1945)






Karen Salgado

La producción de comunicación mediática
www.scielo.org.mx/pdf/comso/n9/n9a7.pdf
como problema de investigación
En la actualidad, la comunicación como objeto de estudio convoca a la
reflexión teórico-epistemológica a una cantidad importante de investiNotas
para una exploración teórica... 149
gadores de las ciencias sociales y humanas al presentarse como un proceso
complejo y multidimensional que es susceptible de ser analizado
desde diversos ángulos, perspectivas teóricas y matrices disciplinarias.
Mientras que existen analistas que consideran que la comunicación
debería ser objeto privilegiado de todas las ciencias sociales, ya que no
existe ninguna dimensión de lo humano o lo social que no pueda entenderse
mejor considerando los procesos comunicativos (Sánchez, 2002:24-
36), otros se muestran más cautelosos y señalan el riesgo de evitar que el
enfoque de comunicación/cultura se convierta en una especie de efecto
totalizador en el estudio de la sociedad y la cultura debido a que se ha
puesto de moda –y como toda moda, puede ser efímera– en lugar de que
el campo de la comunicación se transforme en un lugar legítimo desde el
cual pensar la sociedad (Martín-Barbero, 2002:205-255).
Es interesante observar el desplazamiento del debate. En los años
ochenta –y todavía entrada la década de los noventa– aún se luchaba por
adquirir legitimidad y visibilidad en el contexto de las ciencias sociales.
Ahora que por lo menos parece haberse alcanzado la segunda –aunque
sea de manera parcial–, la preocupación de los agentes del campo de
estudio de la comunicación parece enfocarse en la adquisición de densidad
teórica crítica dentro del campo de las ciencias sociales en aras de
afianzarse frente a los procesos de descentramiento disciplinario en un
contexto de posdisciplinarización.

El «Big data» o el tratamiento de grandes cantidades de datos están cambiando la manera de hacer banca
Ojo con los bancos.

Por favor: léanse las siguientes interrogantes:
1. ¿Es igual La Mediática  que lo mediático? dé ejemplos
2.  ¿Qué se entiende por alienación? Dé ejemplo.
3. ¿qué es ideología? Dé ejemplo
4. ¿Qué es la plusvalía? Dé ejemplo
5. ¿Para qué le sirve a un comunicador tener claridad sobre estos conceptos?












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