No confundir opinión pública con “opinión
publicada”
Publicado en: Opinabilia 08 de Noviembre de
2012 DIPLOMADO PFA. MIRIAM L
La opinión pública
no es un conjunto amorfo de materiales informativos (noticias, comentarios,
encuestas, etc.). Hay en la gente una confusión en cuanto a lo que
verdaderamente es la opinión pública, porque se trata de un fenómeno complejo
que no se reduce a las exposiciones de los medios, al escenario político, ni al
debate público, ni a la suma de las opiniones y controversias que se plantean
en ellos o en otros ámbitos (política, educación, gobierno etc.). La opinión pública se forma en muy diferentes
escenarios: en el estado, en la vida social, a través de las manifestaciones
culturales, etc. Y no de un día para otro sino con el paso del tiempo,
con la consolidación de unos determinados fenómenos.
Lo que publican los
medios puede ser un simple bulo, algo falso o que realmente no lo dijo la
persona a quien se atribuye, o que realmente no sucedió en la forma sesgada
como se presenta, aunque los medios lo den por cierto. No es verdad porque lo
digan los medios, sino que algo es verdad con independencia de que los medios
se ocupen de ello. Hay montones de cosas ciertas que a ellos no les interesa
divulgar porque consideran que no son noticia. Y si lo que publica un medio lo
repiten otros, entonces la “opinión publicada” adquiere mayor fuerza, y trata
de presentarse como opinión pública simplemente por las múltiples voces que
repiten lo mismo. Como si la verdad de
algo resultara de lo dijeran muchos al tiempo. Recordemos el refrán: “¡Cien
mentiras juntas nunca hacen una verdad!
Muchas de las
cosas que se publican responden a un “parece que”, “dicen que”, “se supone
que”…, en el fondo, unas muletas para apoyar afirmaciones sin fundamento, sobre
las cuales se necesitaría plena confirmación de las fuentes para convertirse en
hecho noticioso, que quizás más tarde se consolide como opinión pública, lo
cual no depende estrictamente de una persona o de un medio, sino de varios
factores: impacto en la opinión, interés que despierta, consecuencias, público
que interviene, participación que logra, etc.
Quienquiera que sea
quien intenta formar opinión pública, tiene que ser muy consciente de que lo se
expone o divulga por diferentes medios, o lo que se dice en otros ámbitos
públicos o privados, no es una concesión gratuita a la gente. Es un compromiso de hacerlo en forma seria,
con sentido ético y con responsabilidad. Sin querer, se puede producir
confusión o llevar a conclusiones erróneas, lo cual es malo para todos: para
quien produce el hecho de opinión, para el receptor y, en último término, para
la comunidad, a la que asiste el derecho de ser bien informada o bien
ilustrada, que es la contrabalanza de la libertad de expresión de los medios.
Si no, la opinión pública se reduce a una simple opinión publicada y nada
más.
opinión publica muy diferente a
la opinión publicada en los medios amermelados quienes manipulan la informaciòn
a su acomodo con titulares tergevizados donde el contenido dice algo
totalmente...
PERFIL
jorgeyarce Opinabilia
Soy filósofo de formación, fui
profesor universitario y me dediqué al periodismo una larga época, primero en
proyectos de educación, y luego en medios, sobre todo en prensa: fundé y dirigí
una agencia de noticias, dirigí una revista cultural y fui productor y director
de programas de televisión. Ahora dirijo una empresa de consultoría en
liderazgo y me dedicó a escribir libros y a dar conferencias sobre los temas en
los que he trabajado. Sigue a este bloguero en sus redes sociales:
24 de febrero de 2008
Cultura
mediática y poder mundial de Denis Moraes http://tiempoperiodismo.blogspot.com/2008/02/cultura-meditica-y-poder-mundial-de.html
LO DE HOY… HOLDING
En la actualidad la información y mercancía de cualquier tipo (artículos, conocimiento, entretenimiento y demás) corre a velocidades impresionantes. Para ello se ha entrado a una nueva etapa de crecimiento para las empresas, quienes buscan abarcar cada vez más (en lo que a venta se refiere) y tener mayores ganancias.
Tenemos ante nuestros ojos lo que MacLuhan llama la aldea global y lo que Armand Mattelart define como sociedad de la información, pero a mi parecer con una conceptualización más amplia, abarcando no sólo el intercambio de información y acontecimientos, sino también la cultura de los pueblos, y con ello los productos culturales (música, literatura, cine, moda, etc.)
Entramos a la era de la cultura globalizada, donde impera aquella de mayor posicionamiento y poder económico; contrario a lo que Eric Hobsawn define como sincretismo cultural “al argumentar que hay una integración de variantes locales de la cultura global, y no un conflicto entre ellas”[1].
Ya no es importante la proximidad entre la producción y el consumo, la globalización permite que todo llegue a todos. Entonces, resulta importante para las empresas tener variación en sus productos y centralización o liderazgo en las ventas (nula o poca competencia).
De ahí la idea de crear Holding donde las corporaciones más importantes se unen para controlar y repartirse el mercado, agrupándose “intereses de los más diferentes sectores de la economía… y establecer prioridades, directrices, planes de innovación y parámetros de rentabilidad para las subsidiarias y filiales” tal y como afirma Dénis Moraes en su libro Cultura Mediática y poder mundial.
Lo que se hace entonces es crear productos atractivos al público consumidor, que llenen sus expectativas siendo de tipo local (regionalismo), sin olvidar la producción y consumismo masivos (gusto por lo ajeno, internacionalización). “La holding valora una red corporativa formada por elementos complementarios, pero mantiene una ascendencia sobre el todo…”, en palabras de Moraes.
Vivimos en un mundo donde las riquezas, el poder y el control se centran en unos cuantos. Sólo una decena de empresas manejan a su antojo el mercado, se reparten a los consumidores y ponen precios topes para que a todos les convenga, así eliminan a la competencia, absorbiéndola o exterminándola. Pues ya lo menciona la autora “la formación de bloques inter-empresariales se consolida como recurso para competir en posición de fuerza… se trata de una reconcentración de capital en inversiones industriales de largo alcance geográfico”.
Las empresas grandes absorben a las pequeñas y únicamente competirán contra otras de gran tamaño, o en su defecto, negociarán para repartirse a la clientela. “Ellas procuran alcanzar una magnitud y cualidad de los recursos (humanos, materiales y de infraestructura social) necesarios a la investigación y para asegurar condiciones de producción… razones suficientes para establecer alianzas que tienen como objetivo reducir, compartir y distribuir costos y pérdidas (minimizar riesgos) en la investigación científica y en su traducción tecnológica, en el diseño de proyecto, en el desarrollo de nuevos productos y en la producción”[2]
Pero hay varios inconvenientes con el holding. Además de las nulas oportunidades de competitividad sana, se da el conjunto de despidos. Con la unión de empresas se necesita menos personal y, con la intención de ganar más y hacer más ricos a los de por sí ricos dueños, se prescinde del trabajo de muchas personas, como especifica la autora “se ignora cualquier preocupación sobre los costos sociales”.
Refiriéndome al campo que más nos interesa por razones del curso, “el ramo editorial es controlado por diez mega firmas que son: Berrelsmann, Time Warner, Viacom, News, Pearson, Hacherre, McGraw-Hill, Reed Elsevier, Wolters Kluver, Thompson y Rizzoli-Corriere Della Sera”[3].
Finalmente puedo decir que gracias a la globalización, la cultura se ha vuelto mercado. Sólo importa el negocio que se hace de ella, las ganancias que genere, pero no el impacto social ni la identidad que procura, se vuelve en mercancía capaz de venderse al mejor postor.
En la actualidad la información y mercancía de cualquier tipo (artículos, conocimiento, entretenimiento y demás) corre a velocidades impresionantes. Para ello se ha entrado a una nueva etapa de crecimiento para las empresas, quienes buscan abarcar cada vez más (en lo que a venta se refiere) y tener mayores ganancias.
Tenemos ante nuestros ojos lo que MacLuhan llama la aldea global y lo que Armand Mattelart define como sociedad de la información, pero a mi parecer con una conceptualización más amplia, abarcando no sólo el intercambio de información y acontecimientos, sino también la cultura de los pueblos, y con ello los productos culturales (música, literatura, cine, moda, etc.)
Entramos a la era de la cultura globalizada, donde impera aquella de mayor posicionamiento y poder económico; contrario a lo que Eric Hobsawn define como sincretismo cultural “al argumentar que hay una integración de variantes locales de la cultura global, y no un conflicto entre ellas”[1].
Ya no es importante la proximidad entre la producción y el consumo, la globalización permite que todo llegue a todos. Entonces, resulta importante para las empresas tener variación en sus productos y centralización o liderazgo en las ventas (nula o poca competencia).
De ahí la idea de crear Holding donde las corporaciones más importantes se unen para controlar y repartirse el mercado, agrupándose “intereses de los más diferentes sectores de la economía… y establecer prioridades, directrices, planes de innovación y parámetros de rentabilidad para las subsidiarias y filiales” tal y como afirma Dénis Moraes en su libro Cultura Mediática y poder mundial.
Lo que se hace entonces es crear productos atractivos al público consumidor, que llenen sus expectativas siendo de tipo local (regionalismo), sin olvidar la producción y consumismo masivos (gusto por lo ajeno, internacionalización). “La holding valora una red corporativa formada por elementos complementarios, pero mantiene una ascendencia sobre el todo…”, en palabras de Moraes.
Vivimos en un mundo donde las riquezas, el poder y el control se centran en unos cuantos. Sólo una decena de empresas manejan a su antojo el mercado, se reparten a los consumidores y ponen precios topes para que a todos les convenga, así eliminan a la competencia, absorbiéndola o exterminándola. Pues ya lo menciona la autora “la formación de bloques inter-empresariales se consolida como recurso para competir en posición de fuerza… se trata de una reconcentración de capital en inversiones industriales de largo alcance geográfico”.
Las empresas grandes absorben a las pequeñas y únicamente competirán contra otras de gran tamaño, o en su defecto, negociarán para repartirse a la clientela. “Ellas procuran alcanzar una magnitud y cualidad de los recursos (humanos, materiales y de infraestructura social) necesarios a la investigación y para asegurar condiciones de producción… razones suficientes para establecer alianzas que tienen como objetivo reducir, compartir y distribuir costos y pérdidas (minimizar riesgos) en la investigación científica y en su traducción tecnológica, en el diseño de proyecto, en el desarrollo de nuevos productos y en la producción”[2]
Pero hay varios inconvenientes con el holding. Además de las nulas oportunidades de competitividad sana, se da el conjunto de despidos. Con la unión de empresas se necesita menos personal y, con la intención de ganar más y hacer más ricos a los de por sí ricos dueños, se prescinde del trabajo de muchas personas, como especifica la autora “se ignora cualquier preocupación sobre los costos sociales”.
Refiriéndome al campo que más nos interesa por razones del curso, “el ramo editorial es controlado por diez mega firmas que son: Berrelsmann, Time Warner, Viacom, News, Pearson, Hacherre, McGraw-Hill, Reed Elsevier, Wolters Kluver, Thompson y Rizzoli-Corriere Della Sera”[3].
Finalmente puedo decir que gracias a la globalización, la cultura se ha vuelto mercado. Sólo importa el negocio que se hace de ella, las ganancias que genere, pero no el impacto social ni la identidad que procura, se vuelve en mercancía capaz de venderse al mejor postor.
[1] HOBSBAWN Eric citado en Cultura mediática y poder mundial de Dénis Moraes. P. 65.
[2] MORAES Dénis, Cultura mediática y poder mundial, p. 69 y 70.
[3] IBID., p. 73.
FUENTE:
MORAES
Denis de, Cultura mediática y poder
mundial, México, Grupo Editorial Norma, 2005, p. 59-74.
Tipos de
Comunicación
Miércoles, 16 de noviembre de
2011
Contenido
educativo y Método de enseñanza son dos aspectos de un proceso unitario que se
puede escindir sólo para estudiar sus leyes específicas. En la práctica siempre
que el maestro enseñe, moviliza simultáneamente un contenido y una forma de
organización de la situación educativa. El método supone la confluencia de una
determinada estructuración del contenido en función de su aprendizaje por parte
de los estudiantes, y de pautas para estimular y controlar dicho aprendizaje.
El tipo de contenido determina básicamente el camino del método.
La metodología es la organización de los elementos y actividades del proceso de
La metodología es la organización de los elementos y actividades del proceso de
E-A.
Es decir, son los fundamentos teóricos y procedimientos que
permiten organizar y orientar el trabajo del profesor, para promover el
aprendizaje, por parte de los estudiantes de un contenido curricular
determinado.
* Comunicación Directa: Se refiere a todas las situaciones comunicativas que ponen en contacto, en un mismo espacio físico, a dos o más individuos presentes.
* Comunicación Mediatizada: Alude a todas las formas de comunicación que se apoyan en un soporte técnico para acceder a un destinatario individual (carta, teléfono, etc.) o colectivo (el anuncio, publicitario, el folleto, etc.).
* La comunicación Mediática: que se refiere a los grandes medios masivos tradicionales y generalistas (la prensa escrita, la radio y la televisión, constituye un componente esencial (pero no único) de la comunicación mediatizada.
La actividad mediática aparece en nuestra historia, precedida por periódicos ocasionales (prensa amarilla, líbelos, murales) la primera publicación que aparece en forma regular se registra en Holanda en el siglo XVII (Niiwwe Tydinghen, Noticias Recientes, 1605) y luego en los principales países europeos. El primer diario salió en Inglaterra (Daily Current, 1702).
El Siglo de las Luces constituye el marco de un difícil combate para lograr el reconocimiento de la libertad de prensa.
La libertad de prensa avanza en Gran Bretaña (derogación de la autorización previa, Licensing Act en 1792).
En Francia fue objeto de debate durante todo el siglo XIX, sometida a un régimen de censura y luego de apercibimiento. Sólo a fines del siglo XIX quedará definitivamente consagrada, con la sanción de la ley del 29 de julio de 1881.
Al imponerse con dificultades frente a poderes que intentan prohibirla, controlarla o corromperla. La comunicación mediática es fruto y manifestación de una libertad fundamental: la de pensar y expresarse libremente.
Desde el siglo XVIII el papel que cumplen los medios es objeto de un conjunto de discursos, profundamente “optimistas”, que exaltan los beneficios que estos proporcionan. La prensa escrita sigue siendo considerada (por algunos) como un instrumento esencial para exponer las ideas y discutirlas libremente.
Cuando llegan a su máxima expansión durante el siglo XX, la radio (1920) y luego la televisión (1945)
* Comunicación Directa: Se refiere a todas las situaciones comunicativas que ponen en contacto, en un mismo espacio físico, a dos o más individuos presentes.
* Comunicación Mediatizada: Alude a todas las formas de comunicación que se apoyan en un soporte técnico para acceder a un destinatario individual (carta, teléfono, etc.) o colectivo (el anuncio, publicitario, el folleto, etc.).
* La comunicación Mediática: que se refiere a los grandes medios masivos tradicionales y generalistas (la prensa escrita, la radio y la televisión, constituye un componente esencial (pero no único) de la comunicación mediatizada.
La actividad mediática aparece en nuestra historia, precedida por periódicos ocasionales (prensa amarilla, líbelos, murales) la primera publicación que aparece en forma regular se registra en Holanda en el siglo XVII (Niiwwe Tydinghen, Noticias Recientes, 1605) y luego en los principales países europeos. El primer diario salió en Inglaterra (Daily Current, 1702).
El Siglo de las Luces constituye el marco de un difícil combate para lograr el reconocimiento de la libertad de prensa.
La libertad de prensa avanza en Gran Bretaña (derogación de la autorización previa, Licensing Act en 1792).
En Francia fue objeto de debate durante todo el siglo XIX, sometida a un régimen de censura y luego de apercibimiento. Sólo a fines del siglo XIX quedará definitivamente consagrada, con la sanción de la ley del 29 de julio de 1881.
Al imponerse con dificultades frente a poderes que intentan prohibirla, controlarla o corromperla. La comunicación mediática es fruto y manifestación de una libertad fundamental: la de pensar y expresarse libremente.
Desde el siglo XVIII el papel que cumplen los medios es objeto de un conjunto de discursos, profundamente “optimistas”, que exaltan los beneficios que estos proporcionan. La prensa escrita sigue siendo considerada (por algunos) como un instrumento esencial para exponer las ideas y discutirlas libremente.
Cuando llegan a su máxima expansión durante el siglo XX, la radio (1920) y luego la televisión (1945)
La
producción de comunicación mediática
www.scielo.org.mx/pdf/comso/n9/n9a7.pdf
como
problema de investigación
En la actualidad, la
comunicación como objeto de estudio convoca a la
reflexión
teórico-epistemológica a una cantidad importante de investiNotas
para una exploración
teórica... 149
gadores de las
ciencias sociales y humanas al presentarse como un proceso
complejo y
multidimensional que es susceptible de ser analizado
desde diversos
ángulos, perspectivas teóricas y matrices disciplinarias.
Mientras que existen
analistas que consideran que la comunicación
debería ser objeto privilegiado
de todas las ciencias sociales, ya que no
existe ninguna
dimensión de lo humano o lo social que no pueda entenderse
mejor considerando
los procesos comunicativos (Sánchez, 2002:24-
36), otros se
muestran más cautelosos y señalan el riesgo de evitar que el
enfoque de
comunicación/cultura se convierta en una especie de efecto
totalizador en el
estudio de la sociedad y la cultura debido a que se ha
puesto de moda –y
como toda moda, puede ser efímera– en lugar de que
el campo de la
comunicación se transforme en un lugar legítimo desde el
cual pensar la
sociedad (Martín-Barbero, 2002:205-255).
Es interesante
observar el desplazamiento del debate. En los años
ochenta –y todavía
entrada la década de los noventa– aún se luchaba por
adquirir legitimidad
y visibilidad en el contexto de las ciencias sociales.
Ahora que por lo
menos parece haberse alcanzado la segunda –aunque
sea de manera
parcial–, la preocupación de los agentes del campo de
estudio de la
comunicación parece enfocarse en la adquisición de densidad
teórica crítica
dentro del campo de las ciencias sociales en aras de
afianzarse frente a
los procesos de descentramiento disciplinario en un
contexto de posdisciplinarización.
El «Big data» o el
tratamiento de grandes cantidades de datos están cambiando la manera de hacer
banca
Ojo con los bancos.
Por favor: léanse las siguientes interrogantes:
1. ¿Es igual La
Mediática que lo mediático? dé ejemplos
2. ¿Qué se entiende por alienación? Dé ejemplo.
3. ¿qué es ideología? Dé ejemplo
4. ¿Qué es la plusvalía? Dé ejemplo
5. ¿Para qué le sirve a un comunicador tener claridad sobre
estos conceptos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario